Una tendencia familiar se relaciona con la presencia de una enfermedad o afección en los padres o abuelos de una persona. Esto aumenta estadísticamente la probabilidad de que una persona se vea afectada por la misma afección.
La tendencia familiar no es sinónimo de un vínculo genético. Indica que hay un aumento estadístico de la prevalencia entre los descendientes directos de los enfermos de enfermedad. En el caso de la enfermedad cardíaca, el historial médico familiar es un indicador de riesgo. Esto se combina con otros factores, como el peso, los hábitos de ejercicio, la dieta, los niveles de colesterol, el consumo de alcohol y tabaco.
Algunas condiciones de salud mental también muestran una tendencia familiar. La probabilidad de que un padre, hermano o hijo de una víctima suicida también se suicide es mayor que el riesgo encontrado en la población general. Este hecho se correlaciona con la tendencia familiar a la depresión. Esto no se debe a un gen, sino a otros rasgos biológicos heredados que pueden indicar susceptibilidad a la depresión. Estos incluyen un adelgazamiento de la corteza derecha e izquierda del cerebro.
Una tendencia familiar no es una garantía de que un miembro de la familia se vea afectado por las mismas afecciones médicas que afectaron a sus antepasados. Es un indicador de riesgo que interactúa con otros factores ambientales y físicos.