Jeremías fue un profeta bíblico cuya vida fue puesta a un lado desde su nacimiento para el servicio de Dios. Él vivió su vida predicando un mensaje del cambio de corazón hacia el único Dios verdadero. Los hechos sobre su vida están en el libro de Jeremías en la Biblia.
Jeremías era hijo de Hilcías, un sacerdote levítico, y provenía de la aldea de Anatot, que se encuentra en el territorio de Benjamín. Recibió su llamamiento divino cuando aún era un joven. Según la Biblia, Dios le habló a Jeremías en el año 13 que Josías era rey de Judá, también cuando era rey Joacim, y otras veces hasta el año 11 del reinado del rey Sedequías. Durante el llamado de Jeremías, Dios le dio una visión general de su misión profética. Estaba obligado a proclamar la destrucción y la construcción de naciones.
Jeremías escribió los libros de Jeremías y lamentaciones durante su misión profética, que se extendió por más de 40 años. Abogó por el caso de Dios contra Judá durante el ataque de Jerusalén por los babilonios.
Jeremías predicó sobre el Nuevo Pacto a través de Judá a Jerusalén. También profetizó acerca de la próxima destrucción de Jerusalén por los invasores del Norte. En su predicación, condenó el pecado entre la gente, lo que le causó persecución y dificultades. Recibió amenazas de muerte, incluso de su familia. Mientras se encontraba en Jerusalén, Pashhur, el sacerdote, buscó que lo golpearan y pusiera en las reservas.
Sin embargo, predicó la esperanza para el pueblo de Dios y también la restauración de Jerusalén a través del remanente, para que Dios regrese.