Además de su carne cruda estándar o sus dietas dedicadas a alimentos elaborados, los perros pueden comer manzanas, arándanos, fresas, sandías, zanahorias, batatas, lechuga, espinaca, menta, judías verdes, calabacitas, calabacines y bananas. Sin embargo, las manzanas y la sandía deben ser alimentadas sin semillas. Los perros también pueden disfrutar de yogur, calabaza, huevos y avena.
Al alimentar a los perros con verduras, los alimentos deben hornearse o cocinarse al vapor y picarse en trozos pequeños para evitar que se ahoguen. También pueden ser puré o en puré. Agréguelos al alimento para perros, o sírvalos por separado como un tratamiento pequeño y saludable. Nunca debe agregarse mantequilla ni otros condimentos.
Los perros son omnívoros y generalmente están abiertos a probar diferentes alimentos. Sin embargo, ciertas frutas y verduras son tóxicas para ellos. Las uvas, las pasas, el ajo y las cebollas son muy peligrosas porque contienen compuestos químicos que pueden ser potencialmente mortales. Los hoyos de algunas frutas son tóxicos, e incluso los que no lo son pueden ser un peligro de asfixia. Los champiñones, los aguacates, los tomates y las nueces nunca deben alimentarse con perros.
Los perros deben obtener la mayor parte de sus calorías de las proteínas en lugar de los carbohidratos. El papel y la cantidad óptima de carbohidratos en la comida para perros es un tema muy debatido. Los carbohidratos se utilizan principalmente como relleno y agente aglutinante, y se han relacionado con varios problemas de salud. Sin embargo, la harina de avena en pequeñas cantidades proporciona fibra soluble que un perro mayor puede necesitar para mantener la salud y regularidad intestinal.