La savia celular es el líquido contenido dentro de una vacuola de células vegetales. La composición química de este líquido difiere significativamente de los materiales contenidos fuera de la vacuola en el citosol circundante. Esta diferencia ayuda en la transferencia de materiales a través de la membrana de la vacuola, llamada tonoplast.
La vacuola y la savia celular en su interior desempeñan una variedad de funciones vitales, como el almacenamiento de nutrientes y sales minerales, el secuestro y el aislamiento de metabolitos tóxicos, lo que permite la eliminación de desechos y el apoyo estructural. Debido a su tamaño relativamente grande en las células vegetales, las vacuolas pueden ocupar hasta un 30 a 80 por ciento del volumen de la célula. La capacidad de la vacuola llena de líquido para mantener la presión de la turgencia contra la pared exterior de la célula es lo que le permite ayudar a soportar estructuras como las flores y las hojas. Cuando las plantas no obtienen suficiente agua, la turgencia de la presión ejercida por las vacuolas cae y la planta se marchita.
La savia celular puede contener pigmentos que representan los colores reconocibles de una flor. La savia celular también puede contener enzimas que reaccionarán con otras enzimas en el citosol externo si se rompe la membrana de la vacuola. Los nuevos productos químicos producidos por la reacción entre las enzimas pueden ser tóxicos para ciertos animales y representan un dispositivo de protección que alienta a los herbívoros a pasar a otra fuente de alimento. La liberación de la enzima syn-propanethial-S-oxide de las cebollas cortadas es un ejemplo. En las plantas de ajo, la combinación de las enzimas alliin y alliinase reaccionarán para formar alicina cuando se rompe una vacuola.