Los icebergs flotan porque, por más grandes y pesados que sean, aún son menos densos que el agua. Cuando el agua se congela, se expande y ocupa más espacio, lo que significa que su volumen ha aumentado. Sin embargo, su masa no ha cambiado, y esto permite que el hielo flote en el agua líquida.
Además, los icebergs están llenos de burbujas de aire. Estas burbujas de aire también le dan al iceberg su color blanco. El hielo del que están hechos los icebergs está hecho de agua dulce, y puede tener miles de años. Esto hace que un iceberg sea aún más flotante, ya que el agua salada es más densa que el agua dulce.
Un iceberg se considera un iceberg si tiene al menos 16 pies de largo. Los icebergs pequeños, del tamaño de un automóvil, se denominan "growlers", mientras que los que tienen el tamaño de una casa se denominan "bergy bits". Aunque algunos icebergs pueden medir cientos de pies de altura, solo una octava parte del iceberg está sobre el agua. La diferencia entre las densidades de hielo y agua no es tan grande que un gran iceberg puede flotar justo en la superficie del agua.
La mayoría de los icebergs duran solo unos pocos años. Se adentran en aguas más cálidas y comienzan a derretirse. Las olas de los océanos también chocan contra ellos y los degradan. Pero algunos icebergs que permanecen en climas más fríos pueden durar décadas.