La perspectiva conductista es una teoría de la psicología que afirma que los comportamientos humanos son aprendidos, no innatos. El enfoque conductista afirma que los seres humanos no tienen libre albedrío y que todas las acciones, características y rasgos de la personalidad son el resultado del entorno de una persona y las fuerzas culturales que lo conforman, de acuerdo con Simply Psychology.
La perspectiva conductista se deriva del famoso experimento de Ivan Pavlov con los perros. El experimento de Pavlov consistía en tocar una campana cada vez que alimentaba a los perros que estaba observando. Finalmente, los perros empezaron a salivar cada vez que escuchaban el timbre de la campana, incluso cuando no se les daba comida. Ellos asociaron la campana con la gratificación que viene con comer. El experimento de Pavlov allanó el camino para otros psicólogos notables, como John Watson, que es considerado el verdadero padre del conductismo.
Watson estableció la primera escuela conductista y el primer enfoque psicológico de los estudios de conducta, conocido como condicionamiento clásico. En 1913, publicó "Psychology as the Behaviorist Views It", un famoso artículo de investigación psicológica que describe la teoría conductista. Watson también es famoso por acondicionar a un niño pequeño, conocido como "el pequeño Albert", para temer a una rata blanca. Este experimento agrega crédito a la perspectiva conductista que sostiene que todos los comportamientos humanos, rasgos y características se aprenden de la experiencia.