La interacción entre el ser humano y el medio ambiente en Rusia es triple: depende del medio ambiente para alimentos y agua, se adapta al frío y la oscuridad del medio ambiente y modifica la tierra a través de la minería y la contaminación. Los humanos se adaptan a Rusia transmitiendo ciertos genes que les ayudan a soportar el frío.
Las personas que viven en la región siberiana de Rusia que tienen inviernos largos y oscuros han evolucionado para adaptarse al medio ambiente al transmitir ciertos genes. Por ejemplo, el PRKG1 es un gen que ayuda a las personas a evitar la pérdida de calor al temblar. ENPP7 ayuda a las personas a metabolizar los alimentos de manera más efectiva, mientras que UCP1 hace que el cuerpo use la grasa para obtener calor en lugar de energía.
Otro aspecto de la interacción entre humanos y el medio ambiente es la forma en que las personas utilizan el medio ambiente, por ejemplo, para los recursos naturales. La región rusa de Norilsk es rica en cobre, cobalto y níquel, de la que dependen los humanos para el comercio. Ellos explotan estos recursos, pero como resultado modifican el ambiente causando contaminación. Esta contaminación ha inhibido el crecimiento de la vegetación en el área inmediata, y las bayas no son comestibles debido a la toxicidad en el medio ambiente. De hecho, la modificación ambiental incluye la contaminación del agua de las plantas de fabricación, así como el aumento de los residuos peligrosos. Esta contaminación no solo daña el medio ambiente, sino también a los humanos.