La inmunidad adquirida artificialmente es cualquier inmunidad conferida al cuerpo por medios no naturales, mediante la introducción de una versión especialmente diseñada de un conjunto o parte de un patógeno para estimular la respuesta inmunitaria del cuerpo, según el Centro de Salud del Reino Unido. El sistema de defensa del cuerpo puede combatir la infección cuando ocurra.
La inmunidad adquirida artificialmente puede ser conferida activamente, en la cual el cuerpo está expuesto intencionalmente a un antígeno extraño en una vacuna; o pasivamente, introduciendo anticuerpos preformados en el cuerpo para generar una actividad inmune protectora, de acuerdo con la Open University. El antígeno extraño estimula al cuerpo a producir anticuerpos que permanecen en el cuerpo y atacan y destruyen el antígeno específico cuando invade el cuerpo. La inmunidad adquirida artificialmente combate rápidamente los agentes infecciosos, generalmente antes de que se manifiesten los síntomas de la enfermedad.
La inmunidad adquirida artificialmente difiere de la inmunidad adquirida naturalmente en que mientras que la inmunidad artificial involucra la intervención humana, la inmunidad natural implica la exposición del cuerpo a un agente patógeno sin intervención humana, después de lo cual el sistema inmunológico del cuerpo combate al agente causante de la enfermedad, de acuerdo con El Centro de Salud del Reino Unido. Después de proteger con éxito contra el antígeno, el cuerpo desarrolla la memoria del agente causante de la enfermedad, que constituye una inmunidad adquirida naturalmente. La inmunidad natural es esencial para proteger contra la variedad de agentes infecciosos a los que está expuesto el cuerpo.