Las ballenas beluga viven cerca de la parte superior de la cadena alimenticia en el océano Ártico. Las belugas, también llamadas ballenas blancas debido a su piel blanca, comen pequeñas especies de peces y crustáceos, como el salmón, la fundición, el arenque, el bacalao ártico y polar, los camarones, cangrejos, moluscos y gusanos marinos. Las belugas, a su vez, son cazadas por las orcas, los osos polares y los humanos.
Reconocible por el aspecto redondeado distintivo de su cabeza, llamada melón, la beluga es un animal muy social y vocal que vive en grupos sociales llamados vainas. La salud de la ballena beluga equivale a la salud general del océano, y tanto el cambio climático como los niveles de contaminación ambiental lo amenazan. Los niveles elevados de contaminantes como metales pesados, plásticos, pesticidas y productos químicos industriales se pueden encontrar concentrados en la grasa, el hígado y los riñones de las belugas. El World Wildlife Fund Canada explica que algunas ballenas beluga que viven cerca de la desembocadura del río St. Lawrence estaban tan contaminadas que sus cadáveres se clasificaron como residuos tóxicos peligrosos.
Las belugas, al igual que los osos polares, dependen del hielo marino para su existencia, por lo que son vulnerables al cambio climático. Muchas poblaciones de beluga son migratorias, se desplazan hacia el sur a medida que el hielo se acumula en el otoño y se mueven hacia el norte durante el verano, cuando el hielo se rompe. Las belugas también tienen un importante papel cultural para los nativos, como los inuit.