Una persona que tiene el síndrome de King Baby es típicamente egoísta, rechaza las críticas, se queja, está obsesionada con el dinero y las pertenencias y no siente que las reglas se apliquen a ella. En resumen, es alguien quien se niega a madurar.
Un Rey Bebé se enfrenta a las dificultades y pruebas de la vida al negarse a aceptarlas y, en cambio, se enfoca en las necesidades y deseos egoístas. Él no se responsabiliza de sus acciones y siempre está buscando la siguiente razón para reír y divertirse, sin importar el costo.
Una persona con síndrome de King Baby puede ser entretenida durante un período de tiempo, pero no puede ser un buen amigo a largo plazo porque en el momento en que alguien necesita algo de él, busca un escape. Muchas personas que tienen síndrome de King Baby tienen dependencias químicas y adicciones a las drogas y el alcohol debido a la forma en que las ayudan a salir de situaciones difíciles o desagradables.
Es difícil para un Rey Bebé salir de este rol dado que percibe tantas ventajas por no tener que preocuparse por la vida. Aquellos que habilitan a un Rey Bebé simplemente le hacen más difícil querer convertirse en un adulto productivo.