Los pingüinos viven en varios hábitats, incluidas las regiones frías y remotas y las zonas cálidas cercanas al ecuador, pero todos se encuentran en islas del hemisferio sur. Necesitan permanecer cerca de cuerpos de agua para cazar alimentos.
Algunos pingüinos sobreviven en lugares extremadamente fríos, mientras que otros prosperan en islas pequeñas y playas de arena. Muchos de ellos viven en las zonas costeras de América del Sur, Australia, África y Nueva Zelanda. Normalmente habitan cerca de corrientes de agua fría para alimentarse de peces, calamares, krill y crustáceos, ya que las corrientes pueden arrastrar a una gran cantidad de animales marinos a la superficie.
Los pingüinos pasan mucho tiempo en el agua buscando comida, haciendo que sus cuerpos se adapten adecuadamente al agua. Sus plumas les permiten moverse fácilmente y también ayudan a mantener su temperatura corporal normal al evitar que el agua los sumerja. En tierra, utilizan los recursos disponibles, como hierba, rocas y palos, para crear sus nidos y madrigueras para poner huevos y cuidar de los jóvenes.
A partir de 2015, los hábitats naturales de los pingüinos han estado cambiando debido al calentamiento global. Las capas de hielo donde se asientan se han derretido con el tiempo, reduciendo sus áreas habitables y dificultando su reproducción. Las temperaturas más altas también afectan su supervivencia, ya que sus cuerpos no están bien adaptados al calor extremo.
