El naturalismo en el drama se refiere a la creencia de que una obra debe tratar de representar la realidad lo más cerca posible. En el teatro naturalista, el tiempo en el escenario refleja el tiempo real, el vestuario y la configuración representan la mayor cantidad de detalles del tiempo posible, la obra se desarrolla en una única ubicación a lo largo del día, y los personajes son normalmente de clase trabajadora o baja.
Las acciones de una obra de teatro también se ven afectadas por la filosofía teatral naturalista. Los naturalistas dramáticos creen que los personajes de una obra están muy influenciados por su entorno social y económico, así como por otros factores determinantes como la herencia. En efecto, la capacidad de un personaje para cambiar o evolucionar por su cuenta a lo largo de una obra naturalista se ve gravemente obstaculizada.
Una crítica de los juegos naturalistas es que los personajes representados en un juego naturalista no pueden cambiar socialmente. Esto lleva a que los personajes naturalistas se expresen como víctimas de fuerzas externas sobre las cuales no tienen control. Algunos críticos argumentan que esto resta valor a la complejidad general de la vida y hace que el juego sea poco natural en lugar de natural. Esta filosofía teatral surgió de los descubrimientos científicos de Charles Darwin, quien afirmó que el entorno de un organismo tiene un papel enorme en la evolución del organismo.