Según el Smithsonian National Zoological Park, el 99 por ciento de la dieta del panda gigante se compone de bambú. Sin embargo, ocasionalmente comen otras hierbas, roedores o ciervos. En cautiverio, los pandas reciben batatas, zanahorias, manzanas, caña de azúcar y galletas especializadas además del bambú.
Los pandas confían en el bambú porque es abundante y persiste durante todo el año. Sin embargo, como solo extraen alrededor del 17 por ciento de la energía en la planta, que ya es baja en calorías, deben comer constantemente. De hecho, los pandas gigantes pasan alrededor de 10 a 12 horas de alimentación cada día, según el Departamento de Zoología de la Universidad de Michigan. Debido a estos factores, los pandas gigantes deben tener cuidado de no gastar demasiada energía en el día a día. Cuando los pandas se ven obligados a viajar, a menudo se alimentan mientras lo hacen.
Los pandas gigantes tienen una postura sentada estereotipada que adoptan mientras se alimentan de bambú. Esta postura permite que los pandas usen ambas patas delanteras para alimentarse. Para ayudar a sostener el bambú, los pandas gigantes han desarrollado una almohadilla de piel en sus manos que funciona como un dígito adicional.
Para digerir su comida, los pandas también han desarrollado molares muy amplios y estómagos musculares. Ambas adaptaciones les permiten lidiar con su dieta fibrosa y resistente.