Los correcaminos comen insectos, lagartos, escorpiones, aves pequeñas, roedores y serpientes, incluidas las serpientes de cascabel. Durante los meses de invierno, cuando su alimento preferido es escaso, el correcaminos puede complementar su dieta con frutas, semillas y otra materia vegetal.
El correcaminos se adapta bien a la vida en el desierto. Al ser mayormente carnívoro, obtiene gran parte del agua que necesita de los alimentos que come. Es capaz de correr a 20 mph y sus reflejos son tan nítidos que pueden arrebatar una libélula o un colibrí al aire. Cuando caza una serpiente de cascabel, el correcamino agarra a la serpiente por la cola y la rompe como un látigo, golpeando su cabeza contra el suelo hasta que muere.