Las tortugas disfrutan del pastoreo y prosperan con una dieta de malezas y flores silvestres. No deben ser alimentadas todos los días, ya que el sistema digestivo no está diseñado para esto y puede causar graves problemas de salud.
Además de las plantas silvestres y las flores, como el diente de león, el hibisco y los pétalos de rosa, las tortugas también disfrutan de una variedad de verduras, como calabacín, calabazas y pepinos. Estos alimentos deben cortarse en rodajas finas y no deben administrarse a tortugas muy jóvenes. Las tortugas siempre deben tener un suministro regular de agua potable a su disposición. Una buena manera de asegurarse de que una tortuga esté hidratada es darle un baño poco profundo en agua tibia, ya que absorbe pequeñas cantidades de agua a través de su cola.