Hay varias razones por las que un gato puede rascarse y hacer que se formen costras en el cuello, incluidas alergias a los alimentos, gusanos del rin y estrés. Otras razones para las costras incluyen tumores, pulgas, garrapatas, piel seca y productos de aseo.
Un veterinario puede diagnosticar las costras en el cuello de un gato de diferentes maneras. Estos incluyen pruebas de raspado, pruebas de cinta, análisis de sangre o una biopsia de piel. Una vez que se ha determinado la causa del problema de la piel, se puede poner en práctica un curso de acción para solucionar el problema.
Los tratamientos tópicos, un cambio de dieta y los antibióticos eliminarán la mayoría de los problemas de la piel. Si el gato está sufriendo enormemente, el veterinario puede administrar una inyección para la alergia para aliviar de inmediato la picazón y dar tiempo para que el tratamiento alternativo tenga efecto.