La sepsis es una complicación que puede ocurrir con infecciones virales, bacterianas o por hongos cuando las sustancias que el cuerpo libera en respuesta a la enfermedad causan una inflamación severa, según Healthline. Las enfermedades más comunes que pueden causar la sepsis incluye neumonía, infecciones renales e infecciones del torrente sanguíneo.
Las infecciones adicionales que se sabe que desencadenan la sepsis en ciertas personas incluyen infecciones intestinales, infecciones de celulitis de la piel, infecciones de la vesícula biliar y meningitis del cerebro, explica MedlinePlus. Los síntomas de la sepsis incluyen fiebre, escalofríos, desorientación, mareos causados por presión arterial baja, temblores y piel tibia al tacto. La condición puede ser potencialmente mortal, por lo que es imperativo que las personas que experimentan síntomas busquen atención médica inmediata.
Si bien cualquier persona puede infectarse con sepsis, las personas con un mayor riesgo de desarrollar la afección incluyen bebés, personas de edad avanzada con problemas de salud e individuos con sistemas inmunitarios reducidos debido a enfermedades como el cáncer, según WebMD. Las pruebas utilizadas para detectar la sepsis incluyen ecografías, pruebas de glóbulos blancos y radiografías. Las personas con casos graves de sepsis suelen ser colocadas en cuidados intensivos durante la duración del tratamiento. Las opciones de tratamiento incluyen medicamentos antibióticos de amplio espectro para erradicar bacterias, oxígeno y líquidos intravenosos. En ciertos casos, se requieren tratamientos de diálisis renal o procedimientos de drenaje quirúrgico.