Una de las adaptaciones que permiten que las ranas vivan en la tierra y en el agua es su piel permeable, que les permite absorber el agua de su entorno. Sin embargo, si las ranas quedan atrapadas lejos del agua durante un período de tiempo significativo, esto puede hacer que se sequen. Para evitar que esto suceda, las ranas producen una capa de moco, lo que retrasa la velocidad de evaporación.
Además, el ciclo de vida de las ranas depende de que vivan en el agua y en tierra. La mayoría de las especies de ranas depositan sus huevos en el agua. Poco después de la deposición, los huevos eclosionan en la forma larvaria de las ranas, que se llama la etapa renacuajo. Los renacuajos son organismos completamente acuáticos que utilizan branquias para extraer oxígeno del agua. A medida que crecen y se desarrollan, los renacuajos pierden gradualmente la cola y brotan las piernas. Finalmente, sus agallas desaparecen y comienzan a respirar oxígeno atmosférico.
Las ranas tienen patas fuertes que son adecuadas para la locomoción acuática y terrestre. Mientras que en tierra, la mayoría de las ranas saltan o saltan, cuando están en el agua, las ranas usan sus poderosas patas traseras para impulsarse hacia adelante. Las ranas también tienen patas palmeadas que les ayudan a nadar rápido, pero no causan grandes dificultades para la locomoción terrestre.
Las ranas tienen ojos ubicados en la parte superior de sus cabezas. Esto les permite ver a sus presas si están en el agua o en tierra firme.