Un ejemplo de manipulación coercitiva es "Si realmente me amas, harás exactamente lo que te digo, ya sea correcto o incorrecto". Otro ejemplo es "Si realmente fueras mi amigo, me ayudarás a hacer trampa para poder aprobar los exámenes".
La manipulación coercitiva no suele implicar fuerza física. Es más de control emocional o mental. Por ejemplo, un hombre le compra a una mujer demasiadas bebidas con el propósito de emborracharla. Luego le pide que tenga sexo con él. En su estado de ebriedad, su pensamiento no está claro y tiene relaciones sexuales con él. La persuasión no es lo mismo que la manipulación. La manipulación solo sirve al interés del manipulador, mientras que la persuasión sirve para beneficiar tanto al persuasor como a la persona persuadida.
