Las posibles causas de un sabor salado persistente son la deshidratación, los medicamentos, las enfermedades de las glándulas salivales y el drenaje posnasal, según la Clínica Mayo. Las causas raras incluyen el trastorno endocrino, la deficiencia nutricional y el trastorno neurológico, como la migraña y la epilepsia.
La Clínica Mayo señala que los cambios en el sabor generalmente no indican un problema subyacente grave, aunque tienden a impedir el disfrute de los alimentos por parte de una persona. La deshidratación provoca un sabor salado debido a la ingesta insuficiente de líquidos o la pérdida excesiva de líquidos. El consumo excesivo de alcohol o cafeína causa la pérdida de líquidos, lo que conduce a la deshidratación y saliva que es más salada de lo normal. Un sabor salado en la boca también es un efecto secundario de ciertos medicamentos, como los medicamentos de quimioterapia y los medicamentos antitiroideos. Otras causas potenciales son el síndrome de Sjogren, la infección bacteriana de las glándulas salivales, la infección sinusal y las alergias.
El tratamiento para un sabor salado persistente está dirigido a la causa subyacente, dice la Clínica Mayo. Si una persona experimenta un sabor salado como efecto secundario de un medicamento, es probable que la solución o la interrupción del medicamento resuelvan el problema. Si la causa es una infección bacteriana, tratar la infección puede ayudar a deshacerse del sabor salado. Además, los cambios en el gusto a veces se resuelven por sí solos. Las personas que experimentan cambios en el gusto deben consultar a un médico para averiguar el tratamiento adecuado.