La Inquisición española ocurrió porque los monarcas de España querían asegurarse de que las personas que se estaban convirtiendo al cristianismo desde el judaísmo o el islam eran sinceras, y que se castigara a cualquiera que se creía que no era sincero. El período es considerado un período feo por muchos, informa la Revista Católica y la Biblioteca Virtual Judía, ya que los métodos utilizados para interrogar a los convertidores estaban llenos de crueles actos de violencia.
Dado que tantas personas se habían visto obligadas a convertirse al cristianismo para salvar sus vidas, la Inquisición española permitió a los gobernantes determinar si los cristianos recién convertidos seguían practicando su antigua fe y duraron 354 años. Las principales víctimas fueron judíos, musulmanes y protestantes. La Inquisición española no terminó hasta 1834.