Para proteger las células acinares de la autodigestión, las potentes enzimas digestivas que producen las células se producen inicialmente en forma inactiva, señala Pancreas.org. Estas enzimas inertes se convierten en una forma activa una vez Llegan al intestino delgado, explica la Universidad de Washington.
Las células acinares son una de las dos células que forman el páncreas exocrino, una glándula que secreta enzimas digestivas en los intestinos, señala Pancreas.org. Las otras células del páncreas exocrino se llaman células ductales. Las células acinares producen enzimas que convierten los vegetales, la carne y otros alimentos en un líquido. Para evitar la autodigestión, estas células producen enzimas digestivas en una forma inerte conocida como zimógenos; estos finalmente se convierten en una forma activa llamada tripsina al llegar al intestino delgado.
Un inhibidor de la tripsina producido por las células acinares proporciona una mayor protección contra la autodigestión, lo que impide que la enzima se convierta en una forma activa cuando aún está en el páncreas, señala la Universidad de Washington. La autólisis, un mecanismo que hace que la tripsina se auto digiera, también previene el daño al páncreas. Al producir un líquido que inyecta los cimógenos y cualquier enzima activa en el intestino delgado, las células del conducto mantienen a las células acinares y al resto del páncreas a salvo de la autodigestión.