Los tigres siberianos están en la lista en peligro de extinción y sus números, aunque actualmente están estables, han disminuido debido a la caza furtiva y la pérdida de hábitat. La caza furtiva se realiza para obtener partes del cuerpo, normalmente utilizadas en la medicina china. La pérdida de hábitat se debe a la tala y al traslado de más humanos a su territorio.
A pesar de que es ilegal en China matar tigres con este fin, el comercio de partes de tigre es un gran negocio. Los tigres siberianos son muy apreciados porque son los más grandes de su tipo, tienen una longitud máxima de 13 pies y pesan hasta 700 libras. Partes como el hueso de tigre, los ojos y los penes se envían ilegalmente alrededor del mundo a países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Japón. El producto también se usa en cremas, píldoras y polvos, que generalmente no están cubiertos por el embargo.
La pérdida de hábitat es igualmente preocupante. Hubo un tiempo en que recorrían el noreste de China, Corea y Mongolia, así como a través de Siberia. Hoy en día, la mayoría se encuentran en las montañas cerca del río Amur en el sureste de Rusia. La tala ha afectado a los bosques densos, fragmentando los territorios de los tigres y restringiendo sus movimientos. Los caminos de registro también permiten que los cazadores furtivos invadan áreas más remotas, lo que agrava ese problema.