Las personas tienen nombres con fines de identificación y para hacer referencia al linaje. En las sociedades primitivas o primitivas, las personas usaban un solo nombre para la identificación porque las poblaciones eran pequeñas. A medida que las poblaciones crecían en diferentes áreas, los habitantes usaban un segundo nombre o un apellido para identificarse mejor.
Un método para identificar a alguien era usar una palabra descriptiva que se refiera al individuo o su ocupación. Por ejemplo, "Harold el herrero" y "Erik el rojo" son nombres que describen la ocupación de la persona o se refieren al color del cabello.
Del mismo modo, la historia de los apellidos o apellidos se refiere al nombre del padre de una persona. Por lo general, a un hijo se le conoce como "su nombre de pila" seguido de "hijo del padre", como "Leif, hijo de Eric" o "Leif Erickson". Esta práctica de tomar el nombre del padre para formar el nombre de un hijo se llama denominación patronímica, que también es una forma de transmitir el linaje.