Las personas evitan el contacto visual por muchas razones diferentes, que incluyen ansiedad, diferencias culturales, baja autoestima o pensamientos ocupados. Si bien el contacto directo con los ojos es una práctica común, es importante considerar las razones que podrían hacer que alguien evite hacer contacto visual.
La ansiedad social es una razón común para evitar el contacto visual. Aquellos que sufren de ansiedad social pueden evitar el contacto visual debido al temor a la comunicación y al potencial de vergüenza social. Las personas con ansiedad social también pueden evitar el contacto visual por temor a que su propia mirada haga que los demás se sientan incómodos.
Las diferencias culturales también pueden explicar la falta de contacto visual. Si bien el contacto visual es visto comúnmente como un signo de respeto en la cultura occidental, puede transmitir una falta de respeto en otras sociedades. Muchas culturas de Oriente Medio, hispánicas, nativas americanas y asiáticas consideran el contacto visual directo como una falta de respeto.
Otros pueden evitar el contacto visual debido a la baja autoestima. El contacto visual es comúnmente percibido como un indicador de asertividad o confianza social, y aquellos que sienten que carecen de estas cualidades pueden encontrar difícil mantener un contacto visual constante.
Finalmente, las personas que evitan el contacto visual pueden simplemente estar pensando intensamente. Mantener un contacto visual constante requiere un cierto grado de esfuerzo mental, y algunas personas pueden romper el contacto visual para concentrarse más en la conversación en cuestión.
Un profesor de una universidad de Escocia realizó un estudio de preguntas y respuestas entre niños. Encontró que aquellos que mantenían el contacto visual tenían la respuesta correcta con menos frecuencia que aquellos que miraban hacia otro lado para considerar su respuesta. Él cree que, como mecanismo de socialización, el contacto visual resta valor a la energía mental que se utiliza para determinar e identificar una solución para una tarea.
Durante la infancia, el contacto entre la madre y el bebé establece un vínculo de apego que se siente seguro y protegido. Sin embargo, como niños, los padres pueden exigir contacto visual directo para detectar mentiras, lo que puede amenazar la seguridad establecida anteriormente. Sin embargo, a medida que los humanos se desarrollan durante la edad adulta, el contacto visual directo es una forma de conectarse íntimamente con los posibles intereses amorosos. Cuando se usa el contacto visual directo para desafiar a otro, es amenazante y aterrador. Para aquellos que sufren de culpa, vergüenza y otros trastornos, pueden sentir que el contacto visual les permite a otros ver sus deficiencias percibidas, y evitan el contacto visual por temor al rechazo.