A medida que las olas se acercan a la costa, su interacción con el fondo marino hace que se junten, las compriman en distancias horizontales más cortas y aumenten su altura. El agrupamiento de olas es un efecto que los oceanógrafos llaman shoaling. Finalmente, la gravedad supera la altura de la ola, lo que hace que se rompan.
La forma en que se rompe la ola depende de la forma y la pendiente del fondo oceánico. Por lo general, se rompen como "un derrame, hundiendo o rompiendo", según Coastal Care. Las playas anchas y planas forman rompeolas que parecen desmoronarse a medida que se mueven. Una pendiente ligeramente más pronunciada hace que la cresta se doble en un rompedor. Esta ola de curling es el tipo que buscan los surfistas. Cuando hay una línea costera muy empinada, las olas no tienen la oportunidad de romperse antes de llegar a la costa y reflejarse nuevamente en el agua, lo que provoca oleadas de agua.
Las olas no hacen que el agua viaje. En su lugar, mueven energía a través de los océanos hacia la costa en forma de onda. El agua no se mueve como una corriente, pero la energía se mueve en un movimiento circular. La cresta de la ola es la parte superior del orbital y la vaguada es la parte inferior del orbital. Las olas que rompen gastan energía cuando se rompen, lo que mueve la arena y da forma a la playa.