Una persona puede convertirse en un prefecto para alcanzar un alto estatus, poder o riqueza dentro de un entorno específico. Un prefecto es un oficial administrativo, gobernador, cardenal u otro funcionario de alto rango a quien se le otorga autoridad sobre un área particular o tierra dentro de una nación. Puede ser muy gratificante para una persona convertirse en prefecto y servir a otros en el proceso de cumplir un papel importante.
Los roles y responsabilidades de los prefectos varían según el ámbito al que se asigna, pero se observa ampliamente como una posición de poder. Ser prefecto en una comunidad tiene sus ventajas. Muchos consideran que es un privilegio poder gobernar a otros y tomar decisiones importantes.
En general, los prefectos son nombrados para un puesto de poder por otras personas de estatus y riqueza. En la antigua Roma, los prefectos estaban decorados como oficiales militares que eran importantes para la protección y el desarrollo de la antigua sociedad. Los prefectos también sirven en la iglesia católica romana. Un prefecto también puede ser elegido dentro de un entorno académico para representar una población escolar o un sistema escolar. No importa dónde sirvan, los prefectos son individuos extraordinarios de poder en un gobierno o entorno educativo, y deben ser ciudadanos modelo.