Un ecocardiograma es un método eficaz para producir imágenes detalladas de anomalías estructurales, problemas de circulación sanguínea y daño de válvulas o vasos sanguíneos en el corazón, explica la American Heart Association. Al señalar las irregularidades funcionales o anatómicas en el corazón, los médicos pueden diagnosticar enfermedades como coágulos de sangre y tumores.
Un ecocardiograma, también conocido como ecografía cardíaca de diagnóstico, se realiza mediante la transmisión de señales de alta frecuencia en el corazón y el registro de los patrones de ondas de sonido resultantes, de acuerdo con la American Heart Association. Una computadora procesa los patrones como imágenes, lo que permite a los médicos ver representaciones precisas del tamaño, la forma y la efectividad del corazón al bombear. Las imágenes también muestran la anatomía y el movimiento de las paredes del corazón, el movimiento de la sangre a través de las válvulas del corazón y la presencia de crecimientos no saludables en el tejido del corazón.
La ecocardiografía se usa comúnmente para localizar la fuente de un latido cardíaco irregular, o soplo, medir la velocidad a la que el corazón bombea sangre o monitorear la funcionalidad de una válvula artificial, afirma WebMD. Los médicos también pueden sugerir la prueba para detectar defectos cardíacos congénitos e infecciones o para tratar a pacientes que sufren de dolor torácico inexplicable. El procedimiento tiene cuatro variantes principales. Un ecocardiograma transtorácico implica pasar el transductor sobre el tórax, mientras que un ecocardiograma de esfuerzo se realiza junto con una prueba de ejercicio o la inyección de un estimulante cardíaco. Un ecocardiograma transesofágico consiste en insertar una sonda en el esófago, y un ecocardiograma Doppler captura imágenes de la circulación sanguínea.