La atmósfera de la Tierra es importante por varias razones: apoya el intercambio de gases que mantienen la vida, filtra la luz solar, regula la temperatura e incluso desempeña un papel en el ciclo del agua. La atmósfera contiene cinco capas distintas. Su primera capa, la estratosfera, está más cerca de la Tierra y sirve como punto de actividad para la producción del clima y la formación de nubes. Contiene una capa de ozono, que evita que los peligrosos rayos solares pasen a través de las nubes y modifica la temperatura, permitiendo que la vida exista.
Las capas de la atmósfera disminuyen de espesor al moverse desde la primera capa, más cercana a la Tierra, hasta la quinta y la más lejana. Cada capa tiene un propósito particular, como retener ciertos gases y modificar la temperatura.
La atmósfera juega un papel importante en la regulación del tipo y la cantidad de gases necesarios para sustentar la vida en la Tierra. Esto incluye la regulación del oxígeno y el dióxido de carbono, dos de los gases más importantes. La atmósfera también controla la cantidad de gases de efecto invernadero en el aire, lo que afecta la temperatura y la calidad del aire.
La atmósfera de la Tierra juega un papel clave en el ciclo del agua del planeta. Almacena agua en forma de vapor de agua e inicia la formación y el movimiento de los ciclos climáticos y la precipitación. La atmósfera desempeña un papel importante en la regulación de la vida, pero la introducción de volúmenes excesivos de gases de efecto invernadero y compuestos sintéticos interrumpe las funciones rutinarias de la atmósfera, lo que lleva a problemas como los agujeros de ozono, la lluvia ácida y el calentamiento global.