La teoría de autómatas es importante porque permite a los científicos comprender cómo las máquinas resuelven problemas. Un autómata es cualquier máquina que utiliza un proceso específico y repetible para convertir la información en diferentes formas. Las computadoras modernas son un ejemplo común de un autómata.
Si los científicos no estudiaran la teoría de los autómatas, les resultaría mucho más difícil diseñar sistemas que pudieran realizar acciones repetibles basadas en entradas y salidas específicas. Los científicos pueden diseñar sistemas que pueden realizar tareas específicas, como sistemas de computadoras personales, pilotos automáticos de aeronaves y muchos más, mediante el uso de la teoría de autómatas.
Hay una serie de otros ejemplos de autómatas. Estos van desde dispositivos básicos, como un reloj de péndulo, hasta sistemas de guía de misiles y redes telefónicas complejas.
Los termostatos son un ejemplo familiar de un autómata. Un termostato verifica la temperatura de su entorno a intervalos específicos y luego se enciende cuando la temperatura alcanza un cierto nivel. En este caso, solo hay dos estados potenciales para el termostato: encendido o apagado.
Los automatismos pueden ser mucho más complejos que un termostato. Las computadoras modernas tienen un gran número de entradas de datos y estados potenciales. La teoría de autómatas se utiliza para diseñar computadoras que responden a las entradas produciendo salidas confiables.