Las aves y los mamíferos son animales de sangre caliente porque pueden mantener su temperatura corporal constante independientemente de las temperaturas circundantes. Las aves y los mamíferos pueden regular su temperatura a través de diferentes métodos.
Por ejemplo, en clima frío, las aves pueden generar calor corporal al convertir la mayoría de los alimentos que consumen en energía. Esta energía ayuda a mantener su temperatura corporal constante. Las aves también se mantienen calientes porque tienen plumas. Del mismo modo, algunas aves migran a menudo de áreas más frías a más cálidas para el invierno.
Del mismo modo, para mantener la temperatura corporal constante en climas cálidos, las aves pueden buscar sombra o una fuente de agua para enfriarse. Debido a que las aves no tienen glándulas sudoríparas como los mamíferos, regulan la temperatura de su cuerpo jadeando. Otras formas en que pueden mantenerse frescos son disminuir sus niveles de actividad o extender sus plumas para permitir que el aire en circulación llegue a su piel caliente.
