George Washington tenía dientes falsos, pero a pesar de la idea errónea común, no estaban hechos de madera. Aunque primitivos para los estándares actuales, las dentaduras de Washington se construyeron con marfil, tornillos de latón, resortes de alambre de oro y dientes humanos. Ejemplos de estas prótesis se pueden ver en el Museo Mount Vernon.
Washington sufrió de problemas dentales la mayor parte de su vida adulta. Cuando ganó la presidencia, conservó un solo diente original. A lo largo de su carrera, Washington trabajó con varios dentistas diferentes para lograr una solución más permanente. Cada nueva versión le dio a sus características un aspecto ligeramente diferente, lo que explica por qué la forma de su rostro cambia entre los retratos.