Las luces de Navidad de burbuja tienen componentes químicos que son peligrosos para el cuerpo si se ingieren, se derraman o se inhalan. Según lo informado por el National Capital Poison Center, las cubiertas rotas de las luces causan fácilmente cortes a niños y adultos por igual.
El líquido en las luces de burbujas contiene cloruro de metileno tóxico que irrita la piel suave y los ojos. Según KidsHealth, el líquido causa intoxicación corporal y problemas cardíacos si se ingiere. El cable utilizado para hacer los recubrimientos de alambre de las luces causa una exposición peligrosa al plomo si se rompe. La fragilidad de las carcasas en las luces las hace propensas a roturas que causan lesiones y exposición química.