No es seguro vivir cerca de las torres de electricidad porque aumenta el riesgo de verse afectado por la demencia senil y la enfermedad de Alzheimer. Además, la proximidad a las torres de electricidad puede causar cáncer y otras enfermedades.
Los estudios científicos han demostrado que los poderosos CEM artificiales (campos electromagnéticos) presentes en las torres de electricidad pueden interferir con los CEM naturales en las células del cuerpo humano y dañar los niveles de estrés, los ciclos de sueño y el ADN. Se ha observado que los niños que viven a 650 pies de las torres de electricidad están expuestos a un mayor riesgo de leucemia que los que viven a una distancia de al menos 2,000 pies. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que los EMF presentes en los pilones pueden causar ansiedad, fatiga, dolor muscular y dolores de cabeza.