Uno de los mayores avances recientes en ingeniería genética es el aumento en el uso de repeticiones palindrómicas cortas interpuestas agrupadas regularmente (CRISPR). Los ingenieros genéticos han podido utilizar CRISPR tanto para la regulación de genes como para la edición.
Los CRISPR son una parte importante de los sistemas inmunológicos bacterianos y se han convertido en una de las herramientas más útiles para los ingenieros genéticos en los últimos años. Los CRISPR han ayudado a los científicos a combinar secuencias de ARN guía con otras secuencias de ADN en un genoma diferente. Esto ha permitido a los ingenieros genéticos eliminar, agregar o modificar ciertas partes de secuencias de ADN.
Los ingenieros genéticos también son optimistas de que los CRISPR pueden usarse como un antibiótico de espectro estrecho. Esto significa que los CRISPR pueden potencialmente usarse para atacar bacterias y patógenos dañinos específicamente. Este es un avance científico importante, ya que muchos científicos en el campo de la ingeniería genética creen que las personas se están volviendo mucho más resistentes a los antibióticos.
Los CRISPR pueden modificarse haciendo inactiva la nucleasa de la proteína Cas9. Esta modificación convierte a CRISPR en CRISPRi, que es útil para los genetistas porque puede usarse para bloquear la transcripción de genes. CRISPRi es mucho más efectivo que otros métodos similares y puede usarse para aislar secuencias genéticas específicas que pueden ser dañinas.