Según PetMD, la penicilina es un antibiótico seguro para los gatos. Generalmente se administra antes de las operaciones, pero también se usa para tratar los abscesos dentales y de la piel. La penicilina viene en cápsulas, líquidos e inyectables.
PetMD indica que, si se administra por vía oral, la penicilina es más efectiva cuando la dosis se administra una hora antes de las comidas o dos horas después de la alimentación. Sin embargo, si el medicamento causa malestar estomacal, debe administrarse con alimentos. Debido a que el ácido del estómago neutraliza la penicilina, una inyección es a menudo una mejor opción. Se coloca directamente en el músculo, no en el torrente sanguíneo. Los efectos secundarios incluyen náuseas, diarrea, pérdida de apetito, fiebre, erupción cutánea y dolor en las articulaciones. Ocasionalmente, un gato tiene una reacción alérgica que causa problemas respiratorios o shock.