La leche es una mezcla homogénea en lugar de heterogénea. La razón de esto es que los diferentes componentes químicos que comprenden la leche no están visiblemente separados.
Bajo un microscopio, la leche puede considerarse heterogénea porque las células lipídicas (grasas) que dan a la leche su aspecto blanco no se disuelven realmente en el agua que constituye el resto de la sustancia. Sin embargo, la leche conserva su estado como una sustancia homogénea porque cuando se observa macroscópicamente, es decir, cuando se observa a simple vista, parece ser una solución sin una separación notable.
Además de ser una mezcla homogénea, la leche también es un coloide. Para que una sustancia se califique como un coloide, el tamaño de las partículas que forman la mezcla debe ser más grande que los átomos o moléculas individuales, pero no tan grande como para ser visible a simple vista. Las partículas dispersas en un coloide tienen un diámetro de entre 1 y 1,000 nanómetros.
