El agua es un mal conductor del calor, y en realidad se clasifica como un aislante de calor. Los materiales que son buenos conductores del calor y de la electricidad deben tener electrones libres que puedan transportar la energía de un compuesto al siguiente.
El agua, los plásticos y cualquier tipo de vidrio no son buenos conductores, y en realidad son aislantes porque no permiten que la carga eléctrica o térmica pase a través de sus materiales. Los conductores deben permitir que los electrones se muevan libremente de un compuesto a otro, mientras que los aisladores detienen el flujo de electrones. Los buenos conductores incluyen la mayoría de los metales debido a la cantidad de electrones en exceso que contienen.