Se ha demostrado que el magnetismo afecta positivamente el crecimiento de las plantas. Además de tratar las semillas magnéticamente, el agua utilizada para hidratar la planta también se puede tratar para estimular su crecimiento.
El tratamiento magnético de las semillas aumenta las tasas de germinación. Aumenta la formación de proteínas y permite que las semillas más débiles crezcan sistemas de raíces más fuertes. Las plantas que se riegan con agua magnetizada crecen un 39 por ciento más que las que se riegan con agua del grifo. Este número puede alcanzar hasta el 600 por ciento en algunos casos. No se sabe mucho sobre el uso de agua magnetizada durante el ciclo de vida de una planta. Además de su efecto positivo sobre el crecimiento, el magnetismo disminuye los tiempos de maduración y aumenta la calidad de las frutas.