Los historiadores no están seguros de dónde se originó el primer pollo. La primera referencia histórica a los pollos puede haber ocurrido en 2000 a. C., en Mesopotamia. Esto es discutible, ya que el ave fue referida como "el ave de Meluhha", aunque los eruditos admiten que es posible que el ave fuera un pollo.
Aunque no es concluyente, otra teoría sobre el origen del pollo sugiere que los pollos pueden haberse propagado hacia el oeste desde el Valle del Indo. Aquí es donde las ciudades-estado de una antigua civilización llevaron a cabo un animado comercio con el Medio Oriente hace más de 4.000 años. Los arqueólogos también han recuperado huesos de pollo de Lothal, que una vez fue un gran puerto en la costa oeste de la India, lo que plantea la posibilidad de que las aves pudieran haber sido transportadas a la Península Arábiga como carga o provisión.
Los textos religiosos sugieren que los pollos se originaron con la creación del mundo. Además, en la Biblia cristiana, en el libro de Mateo, 23:37, Jesús compara su cuidado por la gente de Jerusalén con una gallina que cuida a su cría, lo que sugiere que los pollos se originaron antes del nacimiento de Cristo.
Los pollos han jugado un papel importante en el mundo civilizado, no solo como fuente de alimento, sino que los romanos llevaron a los pollos a la batalla con ellos y observaron su comportamiento como un signo o mala o buena fortuna.