Las olas de calor pueden ocurrir en casi cualquier país del mundo, incluidos los Estados Unidos, Dinamarca, Rusia, Australia e Inglaterra. Una ola de calor se define como un período de temperaturas altas por encima del promedio. A veces acompañado de alta humedad. Mientras que los Estados Unidos habitualmente tienen olas de calor durante el verano, son menos comunes en Rusia y Dinamarca.
Las olas de calor se han producido con mayor frecuencia en todo el mundo desde mediados del siglo XX y se espera que sigan aumentando en el futuro. Los científicos creen que esto es el resultado del calentamiento global causado por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, en particular el dióxido de carbono y el metano. El índice de calor, también conocido como temperatura aparente o temperatura de sensación real, es un valor basado en la temperatura y la humedad que los científicos usan para medir la gravedad de una ola de calor.
Las olas de calor causan miles de muertes al año, más que cualquier otro desastre natural, incluidos tornados, huracanes y frío extremo. Los niños, los ancianos y aquellos con afecciones médicas como enfermedades cardíacas y renales tienen mayor riesgo de complicaciones relacionadas con el calor, como deshidratación, hipertermia y golpe de calor. Los síntomas del exceso de exposición al calor incluyen fatiga, náuseas, ritmo cardíaco rápido y una temperatura elevada, que puede aumentar hasta 104 grados Fahrenheit.