En la naturaleza, los tigres viven entre 8 y 10 años, aunque algunos viven durante 15 o 20 años. En cautiverio, viven hasta 26 años.
Los tigres son depredadores terribles, pero enfrentan muchos peligros en la naturaleza que afectan su longevidad. Normalmente hay tres o cuatro cachorros en una camada, pero al menos uno muere al nacer. Los que sobreviven son cazados por depredadores, y sus propios padres a veces los devoran. Los tigres que llegan a la edad adulta se enfrentan a la escasez de presas que pueden provocar el hambre. También corren el riesgo de sufrir lesiones o la muerte al defender sus territorios, y deben permanecer atentos a los osos y manadas de perros salvajes que los ven como presas. Los tigres que viven hasta la vejez a menudo están demasiado enfermos o débiles para cazar y son vulnerables al ataque de otros depredadores.