Todos los reptiles tienen escamas o escudos que cubren su piel, ya que esta es una característica definitoria de la clase Reptilia. La piel reptiliana es córnea e impermeable, pero carece del grosor de la piel de los mamíferos. En algunos reptiles, las escamas o escudos tienen una base ósea que proporciona más protección.
Las escamas de los reptiles no pueden desprenderse de la piel, contrastando con las escamas de los peces. Las escalas forman patrones en forma de placa o superpuestos. Al arrojar, los reptiles descartan su capa más externa de piel, incluidas las escamas. Esto permite que el animal crezca más grande. Todos los reptiles son tetrapodos, lo que significa que tienen cuatro patas o son descendientes de ancestros de cuatro patas, como es el caso de serpientes y lagartos sin patas.