Los caimanes pueden permanecer bajo el agua hasta por 24 horas si lo necesitan, aunque la mayoría solo permanece sumergida durante 20 a 30 minutos. El cuerpo del cocodrilo está especialmente diseñado para permanecer debajo del agua si las circunstancias lo requieren por ello.
El caimán es un experto en controlar y ralentizar su ritmo cardíaco. Los caimanes no están equipados con branquias, por lo que no respiran bajo el agua. Cuando un caimán se hunde debajo del agua, una solapa cierra sus orejas y orificios nasales. Esto permite que más sangre y oxígeno lleguen a sus órganos vitales, aunque el cocodrilo no esté respirando.