La agitación afecta la velocidad de disolución porque distribuye las moléculas del solvente alrededor del soluto y aumenta la posibilidad de que entren en contacto con él. Debido a esto, la agitación hace que los solventes se disuelvan más rápido. Otros factores que afectan la solubilidad de un solvente incluyen la temperatura y el tamaño de las partículas.
Al realizar un experimento de solubilidad, el uso de una varilla de agitación para mover el solvente alrededor del soluto hace que nuevas partes del solvente entren en contacto con el líquido, lo que a su vez hace que se disuelva más rápido. Hay otros factores que afectan la solubilidad de un solvente también:
Los líquidos actúan sobre la superficie del solvente
Calentar la solución hace que el disolvente se disuelva más rápido
Aplicar presión a un gas lo hace más soluble
La naturaleza de las fuerzas entre las moléculas influye en la solubilidad