Según la Escuela de Medicina de Harvard, según lo cita Parenting Squad, se tarda aproximadamente una semana en adaptarse a un nuevo horario para dormir. Ese tiempo puede reducirse cambiando los hábitos alimenticios, evitando la cafeína ajustando los niveles de luz.
Un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard recomienda no comer durante 12 a 16 horas antes de la hora de despertarse deseada cuando se ajusta a un nuevo horario para dormir. El "reloj de la comida" del cuerpo anulará los ritmos circadianos naturales, que son impulsados por la luz. A la nueva hora de despertarse, el cuerpo decidirá que debe ser la hora del desayuno, ya que tiene mucha hambre y se reiniciará el nuevo horario.
Otros trucos sugeridos para ajustarse a un nuevo horario de sueño incluyen evitar la cafeína durante 12 horas antes de acostarse y oscurecer las habitaciones temprano para preparar el cuerpo para dormir.