Una jirafa está embarazada durante aproximadamente 15 meses. Durante este período de gestación, una jirafa madre a menudo regresa al lugar donde nació para dar a luz a su propia cría.
Las jirafas no tienen temporadas de apareamiento específicas, por lo que los terneros pueden nacer en cualquier momento del año. Las jirafas madres permanecen de pie durante el parto, lo que hace que el ternero, o rara vez los gemelos, caigan casi 6 pies al suelo. Los terneros son capaces de pararse y correr a la hora de nacer. Esto es vital porque hay muchos depredadores en su hábitat, incluidos leones, hienas y leopardos. Los terneros miden casi 6 pies de altura al nacer y durante el primer año pueden crecer otros 6 pies. Dependen de la leche materna hasta por un año. Después de eso, los machos son lo suficientemente grandes como para unirse a nuevas manadas, pero las hembras suelen pasar toda su vida con la manada de su madre.
