Un estudio de 2011 en ratones en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill mostró un vínculo entre el bronceado temprano en el día y una disminución en el cáncer de piel. Debido a los resultados, los investigadores del proyecto creen los humanos tienen la tasa más alta de reparación de ADN antes del mediodía.
Una mayor tasa de reparación del ADN puede disminuir la posibilidad de que la radiación UV dañina tenga un efecto carcinógeno en la piel. La exposición prolongada a grandes cantidades de radiación UV se ha relacionado con el cáncer de piel y el envejecimiento prematuro de la piel. La Escuela de Medicina de Harvard recomienda evitar las camas solares y tomar el sol solo cuando sea necesario. Sin embargo, las mujeres jóvenes siguen utilizando con frecuencia camas de bronceado en interiores, a pesar de comprender los peligros. A partir de 2014, los grupos con mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel son los menores de 35 años.