El acné comedonal se trata lavándose la cara dos veces al día con un jabón suave y agua, evitando los cosméticos aceitosos y aplicando medicamentos tópicos en el área afectada. Los medicamentos tópicos incluyen peróxido de benzoilo, ácido azelaico, ácido salicílico y ácido glicólico. Si estos tratamientos no son efectivos, algunos médicos recetan antibióticos o terapia hormonal como tratamiento. En casos drásticos, la cirugía se utiliza para eliminar los comedones persistentes.
El acné comedonal aparece con mayor frecuencia en la frente y la barbilla. Parecen pequeñas protuberancias del color de la piel. Los comedones cerrados ocurren cuando el folículo está completamente bloqueado por escombros y sebo, lo que resulta en puntos blancos. Un bloqueo parcial crea un comedón abierto, o punto negro. El color oscuro se debe a la oxidación, no a la suciedad o la higiene deficiente.
Los comedones se producen debido a un exceso de producción de testosterona, sobrehidratación de la piel debido a humidificadores o cremas hidratantes o rupturas relacionadas con lesiones en el folículo. Otras causas incluyen bacterias del acné, función de barrera reducida y producción incrementada de proteínas de señalización celular. Si bien no causan el acné, los alimentos con alto contenido de azúcar, grasa y productos lácteos agravan aún más el acné, al igual que fumar.
Las formas menos comunes de acné comedonal son el acné microcomedonal, un tipo de acné donde las lesiones son tan pequeñas que son invisibles a simple vista, y el acné macrocomedonal, que se refiere a lesiones de más de 2 a 3 milímetros de diámetro. Los comedones solares generalmente se encuentran en personas mayores y se piensa que son el resultado del daño solar.