El monóxido de carbono es un gas incoloro y no se puede ver; los síntomas del envenenamiento por monóxido de carbono generalmente se parecen a los síntomas de la gripe y pueden consistir en dolor de cabeza, mareos, debilidad y malestar estomacal, así como vómitos, dolor en el pecho y confusión. El envenenamiento por monóxido de carbono puede causar que la víctima se desmaye; una persona dormida puede morir antes de experimentar cualquier síntoma.
Los vehículos, los motores pequeños, las estufas, las linternas, las chimeneas y otros dispositivos que queman combustible producen humos de monóxido de carbono. Las personas de todas las edades, así como las mascotas domésticas, corren el riesgo de envenenamiento por monóxido de carbono.
Afortunadamente, hay varias maneras de reducir el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono en el hogar. Instale detectores de monóxido de carbono y revise las baterías regularmente. ¿Tiene un cheque profesional? y si es necesario, limpiar? Cualquier chimeneas al año. Repare, ventile y parche los aparatos potencialmente peligrosos con regularidad. Nunca use parrillas de carbón, estufas de gas portátiles o generadores de gas en interiores.
La intoxicación por monóxido de carbono también puede ocurrir en un vehículo, particularmente en un espacio confinado como un garaje. Nunca deje un vehículo en marcha cuando esté dentro de un garaje conectado a una residencia. El mantenimiento regular del vehículo puede ayudar a prevenir las fugas de monóxido de carbono. El sitio web de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades incluye varios consejos para prevenir el envenenamiento por monóxido de carbono en hogares y vehículos.